Acualmente en "atrévete a pensar con libertad"

jueves, mayo 25, 2006

LA CASILLA DE LA IGLESIA CATÓLICA.

Todos los años, por estas fechas, la agencia tributaria nos recuerda que “hacienda somos todos”; y, nosotros, nos acordamos de ella. A unos les devuelve, no por un arrebato de bondad; si no porque les han retenido, a lo largo del año, más de lo debido. A los demás les toca resignarse, apretarse el cinturón y contribuir más aún.

Hacienda, además, siempre atenta y comprensible con las prisas y la falta de tiempo que nos devoran, nos facilita el trabajo enviándonos el borrador; pero este, realizado por un programa informático, podría presentar errores.

No tengo que recordar a los católicos que es su obligación apoyar económicamente a la Iglesia, simplemente les recordaría que han de comprobar, antes de firmarla, si tiene marcada “
la casilla de la Iglesia Católica”; no sea que esté en blanco. En ese caso no es suficiente con marcarla a mano, ya que la confirmación es informática y no quedaría validada; el afectado tendría que hacer la declaración de nuevo.

Pero, si me lo permiten, quiero también dirigirme a los no católicos, a esos que tienen una verdadera preocupación por lo social, por los necesitados; a los que contribuyen a paliar las necesidades del prójimo, colaborando desinteresadamente (económicamente o personalmente) con alguna ONG, y hablarles de otra que no es tan conocida, porque simplemente le mueve la caridad hacia el prójimo y no hace publicidad continua de sus buenas obras: la Iglesia Católica. Esta es la ONG más antigua del mundo, que lleva siglos ayudando al desarrollo de los pueblos del Tercer Mundo; asistiendo a enfermos, inmigrantes, ancianos y todo tipo de necesitados; y que también lo hace en nuestro país.


Marcar la casilla de la Iglesia no cuesta dinero y, además, no es incompatible con marcar la de fines sociales. Simplemente les pido que se lo piensen, ya que todas estas labores sociales ahorran mucho dinero al estado español y, de no poder seguir la Iglesia con estas, seríamos los españoles los que la tendríamos que sufragarlas de nuestro bolsillo.

Para terminar quiero decir algo a los “progres” del laicismo beligerante que, también por estas fechas, nos aburren con el más que manoseado tema de la financiación de la Iglesia: argumentando que debemos ser los católicos los que la financiemos con nuestro dinero. Pero olvidan que nosotros también pagamos impuestos, y con estos se subvencionan, por otro lado, políticas gubernamentales y asociaciones que atentan contra la familia, la dignidad humana, la vida de inocentes indefensos (…); una serie de actividades que atentan contra nuestra visión del hombre y de la sociedad.

jueves, mayo 18, 2006

EL CÓDIGO DA VINCI: UNA FARSA MUY REAL.


Si cualquier escritor, para escribir un exitoso best-seller, comenzara su novela asegurando que todo lo que relata es verídico y fruto de una larga labor de investigación y, a continuación, nos presentara una trama en la que acusara a los gobiernos de los países aliados de inventarse el genocidio judío, mediante un complot perverso y oculto, cuyo fin es dominar Alemania; se encontraría con una demanda, y no le serviría de nada reconocer, a posteriori, que todo era ficción.

Algo parecido ha ocurrido con “El Código Da Vinci”, con la diferencia de que la Iglesia no tiene la necesidad de recurrir a los tribunales, porque esta historia se cae por su propio peso; muchos historiadores han demostrado la falsedad de sus afirmaciones, y ya
han tenido que reconocer que es una novela de ficción.

No sé si lo que ha movido a Dan Brown es simplemente enriquecerse a toda costa, sin importarle que el precio fuera adornar una serie de inexactitudes y falsedades para darles un aire de veracidad, o, apunta más alto, intentando acabar con una institución de dos mil años de historia.

En el primer caso estaríamos ante una estafa, un enriquecimiento ilícito – al menos moralmente – que tendría que hacernos recapacitar sobre los límites que nunca se deben sobrepasar.

En el segundo caso perdería el tiempo, ya que, solamente puede sembrar dudas en personas incautas, que no han madurado sus creencias, ya que la Fe Católica no está, para nada, reñida con la razón; pero que algunos prefieren no profundizar por miedo: miedo a lo que supone de compromiso personal.

Pero, como siempre, la realidad supera a la ficción y el efecto está siendo el contrario, ya que muchos están descubriendo o redescubriendo el verdadero mensaje cristiano al leer todo lo que se ha escrito, que aparte de desmontar todas las teorías del libro, nos muestran al verdadero Jesucristo.

Y es que con tanta memoria histórica (selectiva), parece que algunos ya no se acuerdan de Nerón, que incendió Roma - para dar rienda suelta a su imaginación urbanística - y acusó a los cristianos, pensando que mataría dos pájaros de un tiro, en un intento de acabar con esta religión incipiente; pero la sangre que derramó acabó siendo la semilla de la cristianización del Imperio Romano.

miércoles, mayo 10, 2006

HABLEMOS DE LA EXTREMA DERECHA (4)

La pasada semana, el grupo Vocento publicó la noticia de una posible coalición electoral entre varios partidos de extrema derecha, a la que siguieron tres artículos de opinión titulados “ Hablemos de la extrema derecha (1), (2) y (3)”. En los distintos artículos se analiza dicha posibilidad y se compara la situación con lo ocurrido en Europa; por lo que me gustaría hacer algunas observaciones al respecto.

Yo creo que, por suerte, no existe en España la posibilidad de que un partido (o coalición), de marcado tinte racista o xenófobo, pueda tener respaldo suficiente y alcanzar representación parlamentaría; ya que queda mucho tiempo para que la “cristo-fobia gubernamental” pueda secar las raíces cristianas de los españoles.

Dicho esto, tendríamos que plantearnos otras posibilidades que se situarían a la derecha de un PP, encallado cada vez más en el Centro reformista y liberal; a las que siempre ha procurado poner el San Benito de “extrema derecha”; lo cual ha funcionado como antídoto para que no surja nadie que le pueda hacer sombra: algunos recordarán al PADE, escindido en su día del PP y calificado de extrema derecha, y que ya ha regresado de nuevo junto a Rajoy.

Entonces, ¿Qué es lo que posibilitaría la creación de este grupo a su derecha?: en primer lugar el que siga aumentando la bolsa de abstencionistas del PP; por su infidelidad al humanismo cristiano, y su acomplejada y ambigua defensa de la unidad constitucional de España (aborto, LTRHA, Cláusula Camps en el Estatuto de Valencia, Piqué, la intención de no retirar el estatuto de Andalucía si no cuenta con consenso y un largo etcétera). En segundo lugar estaría la aparición de un partido nuevo, democrático y nada extremista, que recoja lo que el PP pierde por la derecha, mientras el se sitúa en el centro, intentando hacerse con unos votos que le devuelvan el poder y engañándose al pensar que su derecha seguirá aguantando carros y carretas.

El PP tiene que replantearse que no puede seguir jugando a dos bandas durante mucho tiempo, tiene que posicionarse definitivamente o le ocurrirá lo inevitable; ya que el no tiene la baza de contar con otro partido con el que hacer coalición postelectoral, en otras palabras, seguir muchos años en la oposición o, lo que es peor, gobernar en minoría con las sanguijuelas nacionalistas.

Lo que está claro es que el único beneficiado de esta soledad auto-infligida, por su avaricia de poder, es el PSOE: que no necesita de ninguna “operación Mitterrand” (promocionar un Le Pen a la española) para acabar con el PP.

Es posible que el actual sistema electoral lo dificulte o retrase, pero, aviso para navegantes: IU tiene previsto presentar una propuesta de reforma de dicho sistema; el tiempo, que todo lo cura y pone a cada uno en su sitio, dirá quien tenía razón.