Acualmente en "atrévete a pensar con libertad"

jueves, noviembre 16, 2006

CIUTADANS AL DESNUDO.

El problema que plantea, para la mayoría de los ciudadanos, el Partido de la Ciudadanía, es lo que les queda por mostrar. Está claro que su gran apuesta era recoger el voto de los descontentos con las políticas nacionalistas de unos y las ambigüedades de otros; para los votantes catalanes que se sienten españoles, ya sean socialistas o populares, ha sido una estupenda oportunidad para desahogarse mediante el voto de castigo.

Pero, a partir de aquí, se nos planteaban muchos interrogantes, pues desconocíamos su postura, y sus propuestas, en política local y nacional; más aún cuando se plantean presentarse en otras regiones.

En una reciente entrevista televisiva, José Domingo, nos aclaraba muchas dudas: por un lado, el número dos por Barcelona se posicionó claramente a favor de realizar un tipo de política al servicio de los ciudadanos, de la lucha contra la discriminación por el uso del español y del derecho a recibir educación en nuestra lengua, pero, por otro lado, se mostró a favor de la equiparación de las uniones homosexuales al matrimonio, de una concepción laicista del estado, de la escuela pública laica e, incluso, sobrepasó el límite de la aconfesionalidad del estado, al pretender recluir la religión al ámbito privado y estar en contra de la financiación de la Iglesia.

Esta visión de la política, fruto de la definición de Ciutadans como social-demócratas en lo social y liberal-progresistas en lo individual, añade una serie de sombras que apagan el valor de sus aspectos positivos y, por tanto, hace inviable a esta formación para cualquier votante católico.

Alguien, en la directiva de la COPE, tendría que reflexionar sobre el gran apoyo que han prestado, por medio de Federico Jiménez Losantos, a esta formación; apoyo imprescindible para romper el silencio mediático y obtener buenos resultados; un apoyo fruto de la batalla personal que tiene dicho locutor con la cúpula del PP, en un intento de dirigir a esta formación desde su personal punto de vista.

No quiero que me malentiendan, no estoy pidiendo a la COPE que haga de portavoz de los populares, ya que, tras su largo abandono del Humanismo Cristiano, no se lo merecen; sino que entiendan que una cosa es ser una radio plural, donde se escuchen otros puntos de vista y, otra muy distinta, es apostar claramente por un grupo creando la confusión entre sus oyentes.

Ya puestos, más lógica habría tenido dar cobertura a otras formaciones extraparlamentarias, democráticas y cristianas, que haber encumbrado a un partido ideológicamente parecido al PSOE, por muy español que sea.
Posted by Picasa

jueves, noviembre 02, 2006

LA IRREALIDAD NACIONAL ANDALUZA.






El Congreso de los Diputados ha decidido mayoritariamente, con el inestimable apoyo del PP, que Andalucía es una “realidad nacional”; la base “sólida” para esta definición la han encontrado en el Manifiesto andalucista de Córdoba, que describió a Andalucía como “realidad nacional” en 1919; pero el gran logro, según los populares, es haber introducido una frase que, a forma de salvaguarda de la unidad nacional, reconoce a Andalucía como una nacionalidad en el marco de la unidad indisoluble de la nación española.

La argumentación de Blas Infante era que Andalucía había sido una nación, principalmente, durante la época de al-Andalus; pero, en realidad, la extensión de al-Andalus no se correspondía con la de nuestra región, sino con toda la parte de la península que llegó a estar bajo poder musulmán. Además los firmantes del Manifiesto de Córdoba no se representaban más que así mismos, ya que no fueron designados (democráticamente) como representantes de los andaluces.

Por otro lado, el simple hecho de que un grupo de personas decidan que Andalucía es una “realidad nacional”, ahora y en 1919, no hace de nuestra región una nación; pues la realidad es bien distinta, ya que Andalucía es fruto de la división provincial, ideada en 1833, por Javier de Burgos; y su extensión abarca tanto el antiguo reino de Granada como parte de Castilla la Novísima.


La única realidad nacional que existe en España es ella misma. Una España que nace de la unión de los reinos de Castilla y Aragón, por el matrimonio de los Reyes Católicos (1469), con el único fin de recuperar el reino Hispanicus, a la que siguieron la reconquista de Granada (1492) y la posterior incorporación de Navarra (1512), por aprobación de sus propias cortes. También comenzaron una política matrimonial con Portugal que culminó cuando Felipe II de España subió a su trono (1580), uniendo por última vez toda la península ibérica. Como dijera el filósofo Julián Marías, (…) ha sido la primera nación que ha existido, en el sentido moderno de esta palabra.

Si Arenas conociera en profundidad el Manifiesto de 1919 se habría dado cuenta de su
carácter independentista y, por otro lado, su coletilla no es garantía de nada; del mismo modo que la Constitución de 1978, a pesar de avalar la unidad de España, no es suficiente para frenar esta orgía nacionalista que nos está disgregando.

Lo que está claro es que, esta, es una más de las aportaciones del PP, entre tantas otras, al desmantelamiento nacional a medio y corto plazo; por lo que les rogaría que se quitaran, de una vez, la careta españolista y dejaran de insistir en su falso patriotismo constitucional.

Andalucía no necesita ser “realidad nacional” para no ser menos que otras regiones como, por ejemplo, la catalana. Lo que realmente necesita son buenos gestores que la saquen de su atraso económico, social y cultural; pero para esto necesita reafirmarse en su españolidad y luchar contra unos nacionalismos insolidarios, que están acaparando progresivamente la mayor parte de los recursos económicos españoles; y, que, acabarán condenando a Andalucía a no poder levantar cabeza: por mucha “realidad nacional” que sea.
Posted by Picasa