Acualmente en "atrévete a pensar con libertad"

sábado, diciembre 30, 2006

LA TOMA, UNA CELEBRACIÓN HISTÓRICA MUY ACTUAL.

Todos los años tenemos la misma cantaleta: hay que modificar los actos de la toma. Sus detractores, argumentando que es ofensiva para otras culturas y un nido de ultras, exigen modificaciones substanciales en su forma y en su contenido. Son los mismos que no hacen el mínimo esfuerzo por entender nuestra historia - su propia historia - y prefieren autoflagelarse analizado el pasado con la mentalidad de hoy en día. Un necesario conocimiento de nuestro pasado que no es incompatible con apostar, actualmente, por el entendimiento, respeto y colaboración entre las tres culturas.

En mi opinión, esta fiesta, que cuenta con unos quinientos años de antigüedad, aunque sólo fuera para mantener su valor cultural, tendría que permanecer lo más intacta posible. asimismo, no tendría sentido celebrar, sin presencia de nuestro ejército, una victoria militar; y sería una falta de protocolo ya que se escolta una enseña nacional: el Pendón de los Reyes Católicos.

Pero la Toma de Granada no supuso simplemente una victoria militar, ni siquiera la culminación de la añorada recuperación, por parte de los Reyes Católicos, del territorio del reino visigodo perdido. Además, con la unión de sus reinos y la recuperación de Granada, nace la nación española y se inició la edad moderna de la mano de unos soberanos que acaban con el feudalismo, impulsan la economía, las instituciones, las artes y aplican por igual la justicia tanto a nobles como a plebeyos. Además, la terminación de las campañas militares permitió realizar la empresa más importante de nuestra historia: el descubrimiento, civilización y evangelización de América.

Por otro lado, quisiera ir en mi reflexión aún más lejos. Como español y granadino del S.XXI pienso que esta celebración sigue siendo plenamente actual. Basta ver, por ejemplo, el grado de democracia, desarrollo económico, libertad civil y religiosa que disfrutamos actualmente en España y compararla con el atraso, que en estos aspectos, sufre la población de los países que se consideran herederos del antiguo reino Nazarí de Granada, para sentirme orgulloso de ser español por nuestro pasado y por nuestro presente; y ver con preocupación nuestro futuro, por culpa de la ambición de muchos de nuestros políticos.

No quiero pasar por alto otro aspecto que ensombrece esta celebración: la presencia de grupos, que buscando un poco publicidad, se autoproclaman defensores de esta fiesta y lo único que consiguen es dar argumentos a sus detractores. Les pido, a los unos y a los otros, que nos dejen la fiesta en paz.
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miércoles, diciembre 20, 2006

QUE NO NOS ROBEN LA NAVIDAD.

No es ningún secreto que sufrimos un proceso de descristianización y reconversión de la Navidad en una fiesta pagana y consumista; desde la misión imposible que supone encontrar tarjetas con representaciones de la Natividad, pasando por ese ambiguo “felices fiestas”, hasta la sustitución paulatina de los motivos navideños en la iluminación de nuestras calles, por ejemplo, con lindos pingüinos y delfines totalmente fuera de lugar. Estos ejemplos son consecuencia de ese relativismo moral que corroe las entrañas de nuestra sociedad, un relativismo que para vivir necesita erradicar toda referencia a Dios. Un relativismo a caballo entre el del laicismo ateo, que pretende imponer a la sociedad lo que es bueno y malo, y otro fruto de un agnosticismo práctico, que quiere arrinconar lo religioso al ámbito de lo privado para acallar la voz de su conciencia.

Sin embargo, la Navidad para los cristianos, es un tiempo de alegría y de entrega a los demás. Basta contemplar con detalle un nacimiento para caer en la cuenta de que no estamos solos, que Dios, a pesar de la dureza de nuestro corazón, se ha hecho niño para mostrarnos el camino de la verdadera felicidad y cumplir su promesa de redención. Luego nos podemos fijar en los protagonistas de este misterio: veremos a San José improvisando una cuna en un pesebre, a la Virgen María alimentando, arropando y cantando a Jesús una nana para que duerma tranquilo, a los pastores adorándolo y entregándole sus presentes… y, al imaginar el personaje que querríamos ser, descubriremos el verdadero sentido con que tenemos que vivir el misterio de la Navidad.

Solamente en este contexto cobran sentido los belenes, los villancicos, los adornos, la felicidad del reencuentro, las cenas en familia y los regalos que nos dejarán los Reyes Magos. Por eso, el que no nos roben la Navidad no dependerá de la malicia y medios con que cuentan sus detractores, sino de nuestra capacidad de vivirla en plenitud imitando en nuestras casas el hogar de la Sagrada Familia; y, si me permiten la expresión, de que así “lo mamen” nuestros hijos desde pequeños, para que el día de mañana se lo trasmitan de la misma manera a sus hijos y a sus nietos.

Dicho esto, y para terminar, aprovecho para desearos algo que es, con diferencia, mejor que ese insípido “felices fiestas”: una FELIZ NAVIDAD, pero la de verdad, la que los cristianos celebramos en estas fechas, si bien, su espíritu, debería duramos todo el año.
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viernes, diciembre 01, 2006

VIOLENCIA: TOLERANCIA CERO.

Nadie, que esté en su sano juicio, discutirá la necesidad de erradicar la violencia que sufren algunas mujeres; pero, en mi opinión, existe un error de planteamiento: lo más correcto no es estar en contra de la violencia de género, sino en contra de todo género de violencia.

Si partimos de la base de que los hombres y las mujeres somos iguales, pues disfrutamos en cuanto seres humanos de la misma dignidad, tendríamos que ver del mismo modo reprobable la violencia que pueda sufrir un niño, un adolescente, un adulto o un anciano con independencia de su sexo y, ante un mismo tipo de agresión, pedir la misma condena; correspondiendo al Juez analizar los agravantes del delito, considerando entre estos, por supuesto, el grado de debilidad de la víctima frente a su agresor.

Para extirpar esta lacra social no es suficiente con las medidas de castigo, siendo necesario ir a la raíz del problema mediante un análisis, serio y sin prejuicios, de las causas reales; y sobre todo, se han de evitar análisis sectarios como los que podemos encontrar en el libro –violencia: tolerancia cero-. En dicho libro, financiado por la obra social de La Caixa y del que es coautora la socialista Inés Alberdi, se responsabiliza a la religión cristiana y a la familia de la violencia contra las mujeres. Afirmaciones estas que, además de falsas, nacen de su anticristianismo y de su marcado feminismo radical.

La solución a este problema no radica en compensar el machismo con el feminismo, sino en la reeducación de la sociedad; una reeducación encaminada a contrarrestar los efectos de una sociedad hedonista y materialista que potencia el egoísmo y el individualismo en los hombres y en las mujeres, minando su capacidad de darse a los demás desinteresadamente, y que les hace ver a sus prójimos como meros objetos de su propiedad destinados a satisfacerles.

Otro pilar de esta reeducación se encuentra en la familia, que, a pesar de ser la base de la sociedad, es menospreciada, ridiculizada y nada apoyada desde las instituciones; olvidando que la verdadera familia es fruto del amor desinteresado entre los esposos, ambiente perfecto en el que educar a unos hijos a pesar de las dificultades, al margen de egoísmos personales y que los capacita para construir, el día de mañana, una sociedad más justa y solidaria.

Casualmente, esta visión antropológica del hombre, la familia y la sociedad se corresponde con la del cristianismo: el de ahora y el de hace dos mil años.

ANTECEDENTES DE LA NOTICIA:

Tras las
presiones ciudadanas, por sus falsedades y manipulaciones, el libro fue retirado a finales del año 2005. En realidad, la retirada se hizo parcialmente a la espera de que se olvidara el tema. Posteriormente se han seguido regalando ejemplares tanto en las entidades como en exposiciones itinerantes.  Posted by Picasa