Zapatero, tras el último pleno del congreso, a punto de finalizar el plazo dado por los terroristas, en los pasillos del congreso y sin turno de preguntas, con aire de auto-convencimiento y solemnidad, ha hecho su esperado anuncio: el comienzo de las negociaciones con ETA.
Su declaración no tiene desperdicio, ha comenzado recordando que tras el alto el fuego permanente y después de tres años sin atentados mortales y habiendo desaparecido prácticamente la totalidad de sus acciones, se dan las condiciones para iniciarlas; pasando por alto las Cartas de extorsión de abril y mayo, y más de 40 actos de terrorismo callejero.
Nos ha dicho que lo importante no es tanto lo que ETA ha dejado de hacer, sino lo que los demócratas hemos hecho durante todos estos años, pero lo que ETA no ha dejado de hacer es lo fundamental: renunciar a la lucha armada, pedir perdón y ponerse a disposición de la justicia; y,por otro lado, lo que hemos hecho los españoles es poner los muertos, ser extorsionados y privados de nuestras libertades.
Es cierto que el objetivo de todos los gobiernos ha sido la erradicación de la violencia en el País Vasco y en el resto de España, pero solamente el suyo la persigue a cualquier precio, y suena irónico que haga un reconocimiento a todos los servidores del Estado de Derecho, cuando ha permitido que ciertos políticos, incluso de su partido, presionaran al juez Grande-Marlaska para que no aplique la ley, acusándole de entorpecer el proceso de paz.
Continúa diciendo que la democracia no va a pagar ningún precio político por alcanzar la paz, entonces, ¿qué sentido tiene la negociación, sin no está dispuesto a ceder en nada de lo que piden?; como la autodeterminación, la territorialidad y los presos.
Se escuda en la resolución adoptada por el Congreso de los Diputados en mayo de 2005,(..) bajo el principio irrenunciable de que las cuestiones políticas sólo se resuelven con los representantes legítimos de la voluntad popular, pero la voluntad popular no ha sido consultada, ya que este tipo de negociación no era una propuesta de su programa electoral, y, por tanto, al menos en este asunto, no son nuestros legítimos representantes.
Si en algo se supera es cuando reconoce que Los ciudadanos de Euskadi disfrutan del mayor autogobierno que han tenido nunca en su historia, con el Estatuto de Guernica, pero, como ha persistido la violencia, lo mejor es darles lo que piden, eso sí, con Voluntad democrática, sujeción a la legalidad, (y un) amplio acuerdo político, que recoja el pluralismo de la sociedad vasca. En definitiva, que el resto de los españoles no tenemos derecho a decidir sobre el futuro de España pues, de un plumazo, ha liquidado la Soberanía Nacional.
Pero la cosa no termina aquí, ya que no han pasado ni dos semanas desde la aprobación del inconstitucional Estatut y nos suelta sin ruborizarse: Quiero expresar el compromiso absoluto del Gobierno y el mío personal con los valores, principios y reglas de la Constitución de 1978, que ha representado un éxito colectivo para nuestra convivencia.
En mi opinión, lo más doloroso ha sido su recuerdo para las víctimas, afirmando que quiere colmar ese anhelo de paz y esa exigencia de máximo respeto, reconocimiento a la memoria, al honor y la dignidad de las víctimas del terrorismo y sus familias; ¿y dónde queda la justicia? Por lo visto 40 años de sufrimiento no han servido de nada. Se mire como se mire es una bellaquería, es como matarlos de nuevo.
Como colofón pide la colaboración de todos los medios de comunicación, o sea, que se estén calladitos, que no estorben y que en septiembre, tras las vacaciones, nos cuenta como va la cosa.
En fin, ya tenemos claudicación, porque no podemos llamar negociación a esta rendición del Estado, y que, para más inri, ya cuenta con las felicitaciones de Batasuna y el Gobierno Vasco. Por algo será.
TG7 INNECESARIO ÓRGANO DE PROPAGANDA DEL PP GRANADINO A COSTA DE LOS
CIUDADANOS.
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Como era de esperar el concejal responsable de la Radio Televisión
Municipal de Granada (TG7), Juan Antonio Fuentes, ha defendido este martes
de las...
Hace 10 años