Acualmente en "atrévete a pensar con libertad"

martes, octubre 16, 2007

MÁRTIRES: LA OTRA MEMORIA HISTÓRICA



El próximo 28 de Octubre tendrá lugar en Roma la ceremonia de Beatificación de 498 mártires del siglo XX en España. Estas Beatificaciones están exentas de cualquier connotación política ya que, estos testigos de la Fe, no sufrieron martirio por defender una forma concreta de entender la política sino que fueron asesinados por no apostatar de su Fe y, además, lo hicieron perdonando a sus verdugos. Ese ejemplo que nos dieron, de firmeza en la Fe y de perdón, y el hecho de que estos procesos comenzaron hace décadas demostrarían la falsedad de los que afirman que se producen como respuesta a la situación política concreta en que nos encontramos. Aunque esta argumentación, por otro lado, no es incompatible con el análisis de las circunstancias políticas que propiciaron estos martirios.

La crueldad con que fueron sometidos a horrendos suplicios y el elevado número de mártires (cerca de diez mil) que se produjeron entre la revolución de Asturias (1934) y el final de la Guerra civil (1939), a manos de milicianos marxistas y anarquistas, no permite pensar que fueran víctimas de grupos incontrolados y que no se tratara de algo perfectamente planificado. Porque, en realidad, se estaba recogiendo lo que se había sembrado durante más de cien años.

De la persecución religiosa, en nuestro país, ya encontramos antecedentes en el S. XVII, durante el reinado de Carlos III, con la expulsión de los Jesuitas y la disolución de esta orden por considerarla un freno a las ideas de la Ilustración. Pero el primer antecedente, de persecución y martirio, se produce durante el S. XIX con la llegada tardía de las ideas de la revolución francesa. Durante esta revolución, de corte liberal-masónica, y por tanto anticlerical, no solamente se persiguió intelectualmente a la iglesia y se produjo el expolio de sus bienes mediante la desamortización, sino que, además, se llegó a justificar desde las cortes la matanza de religiosos de 1834. Posteriormente, durante el S. XX, se celebró la llegada de la II República con la quema de iglesias y conventos. Una República asentada sobre una constitución masónica (Link 2, Link 3) que recogió de nuevo la disolución de la Compañía de Jesús y la prohibición de que las órdenes religiosas se dedicaran a la enseñanza, y que acabó propiciando la revolución marxista y anarquista de los años treinta, de carácter antiliberal, pero que fue, si cabe, más anticlerical.

El denominador común de estas revoluciones radicó en convencer a las masas de que la Iglesia era la causa de todos los males del país y el freno a todo progreso humano. Mensaje que, hoy en día, se sigue utilizando cuando los cristianos denunciamos el proceso de ingeniería social, cimentada sobre una moral relativista, a que se está sometiendo nuestra sociedad desde el poder. Cosa que, por otro lado, no es de extrañar pues, la persecución actual, es heredera de las dos anteriores.

Que razón tan grande tenía Juan Pablo II cuando dijo, refiriéndose a la necesidad de continuar con los procesos de beatificación de los mártires del S. XX (de todas las naciones), que se trataba de “Una labor tanto más urgente cuanto que, sobre muchos de ellos, no existe solo el peligro del olvido sino el peso de la calumnia y de la sospecha, lanzado a veces por los mismos que los asesinaron y torturaron”.

jueves, octubre 11, 2007

12 DE OCTUBRE: PATRIOTISMO DE ¿UN DÍA?



En esta España, la nuestra, si algo nos sobra, es ese complejo que tienen muchos a sentirse orgullosos de ser españoles, por miedo a ser tachados de “fachas”; excepto, por supuesto, cuando juega (bien) nuestra selección nacional. Por eso tengo que felicitar a NN.GG. por su campaña “Somos España”, en la que animan a todos los españoles a que salgan a la calle, por encima de ideologías, para festejar el día de la Hispanidad.

Pretenden, mediante esta iniciativa, hacer una defensa de España y de sus símbolos, frente a los ataques que están sufriendo a manos de los independentistas. Ataques que, además de ultrajar nuestra bandera, arremeten contra al Jefe del Estado con el único fin de crear un debate ficticio entre Monarquía o República, para posibilitar el advenimiento de una III República que serviría de coartada al desmantelamiento y desaparición de España.

Un día como el de la Hispanidad, tan señalado para la Historia y el ser de España, es el más apropiado para mostrar públicamente el orgullo de ser español. Pero, el envolverse en nuestra enseña, no es suficiente para frenar esta orgía independentista que nos embiste, mientras el Gobierno deja campar a sus anchas a las minorías nacionalistas.

La situación actual en España es tan excepcional que, si alguien no hace algo para poner freno a los ataques que sufre el Estado de derecho y nuestra Carta Magna, puede ser irreversible. Y, ante situaciones excepcionales, se requieren medidas excepcionales: por eso, la única respuesta posible a la convocatoria del referéndum independentista por parte del Gobierno Vasco es la suspensión de su Estatuto de Autonomía, mediante la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

Sr. Rajoy: ¿será usted capaz de promover esta medida desde el senado, donde su grupo cuenta con mayoría, o seguirá dando respuestas a la gallega, mientras se reviste con la bandera de España, pensando en sus pactos postelectorales? Mientras se decide, permítame que le recuerde la definición que sobre patriota da la RAE: “Persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien”.