Acualmente en "atrévete a pensar con libertad"

miércoles, julio 18, 2007

EL PP Y SU INSUFICIENTE REFORMA DE LA LEY ELECTORAL.


D. José Manuel Otero Novas, en una reciente entrevista al semanario Época (25.05.2007), reconocía que el sistema electoral español fue aprobado durante la Transición, con carácter provisional, solamente para el periodo constituyente; con el fin de que, por consenso, todas las fuerzas políticas sancionaran la Constitución. Además, resaltaba el hecho de que, dicho sistema, prácticamente impone un bisagrismo -antidemocrático- que hace que las minorías tengan casi tanto peso como las mayorías.

La pasada semana D. Mariano Rajoy nos sorprendió con su propuesta de reforma de la ley electoral. Un radical cambio de postura por parte de alguien que hace poco, en el programa “tengo una pregunta para usted”, se negó rotundamente a aceptar dicha posibilidad, a pesar de reconocer que dicha ley perjudicaba a su partido.

Parece que las últimas elecciones autonómicas y municipales han hecho recapacitar al principal partido de la Oposición. Seguramente, el hecho de que haya perdido el gobierno de ayuntamientos y comunidades, en los que su partido ha sido el más votado, ha tendido que pesar mucho en ese cambio de posicionamiento.

Muchos votantes se alegrarán de que, al fin, alguien se decida a afrontar una necesaria reforma, demorada por todos los gobiernos anteriores, precisamente, por las cesiones a los nacionalismos que son los más beneficiados por nuestro sistema electoral. Pero, en realidad, la reforma que propone el PP es un parche que no soluciona el problema.

El principal problema del PP es que, a diferencia del PSOE que cuenta con IU, no tiene ningún partido nacional con quien gobernar. Por lo que su reforma, aunque posibilitaría que siempre gobernara el partido más votado, no le garantiza la gobernabilidad si no obtiene mayoría absoluta. El PP tendría que seguir tendiendo la mano a las minorías nacionalistas, pagándoles el precio que quieren: la liquidación de España.

La reforma que nos propone es claramente insuficiente, ya que no garantiza, tal y como establece la Constitución en el art.1.2, que la soberanía nacional resida realmente en el pueblo; seguiría impidiendo que los ciudadanos elijan libremente a sus representantes y que el voto de todos los españoles compute por igual. Reformas de la ley electoral, como las listas abiertas o la modificación de la Ley d'Hondt, para garantizar que el número de escaños que obtenga cada partido sea el equivalente al que se obtendría con una circunscripción única, son más importantes que garantizar que gobierne la lista más votada.

La razón por la que, los dos principales partidos, no se plantean emprender una reforma a fondo de la ley electoral, radica en el miedo que tienen a perder su estatus de partidos mayoritarios. Ya que, La reforma de la Ley d'Hondt, posibilitaría que otros partidos nacionales les hicieran sombra o, incluso, pudieran llegar a sustituirlos. Y es que, para los que el poder no es un medio para alcanzar el bien común, sino un fin en sí mismo, no hay ningún impedimento en dejar que gobiernen las minorías a cambio de poder sentarse en el sillón presidencial.

España necesita una segunda Transición; pero no la que ha puesto en marcha zapatero, dinamitando el estado y la constitución mediante las reformas estatutarias, sino una que proteja a nuestra Nación de los anticonstitucionales nacionalismos; y, para esto, los españoles necesitamos pasar de la democracia representativa, a la participativa.

viernes, julio 06, 2007

Familia, Zapatero y otras incompatibilidades.


José Luís Rodríguez Zapatero ha conseguido sorprendernos a todos con una medida encaminada a fomentar la natalidad en España. Pero, ¿qué hay detrás de esa ayuda directa de 2500€ por cada hijo nacido o adoptado en España?

Es de todos conocidos el aprecio de nuestro Presidente, y de sus socios, por la familia; así que nadie tendrá dudas de que, cuando afirmó en el Debate sobre el Estado de la Nación que: “España necesita más familias con más hijos para continuar con el proceso alcanzado en los últimos tres años” y que “las familias necesitan más apoyo para estos hijos y más recursos para criarlos”, estábamos ante un “anuncio estrella” encaminado a desviar la atención de la pésima gestión del ejecutivo en asuntos, tan graves, como la negociación con ETA, el atentado en el Líbano, la prometida y pendiente reforma fiscal, la desintegración de España vía reformas estatutarias, la incipiente crisis económica, etc.…

Lo primero que tendríamos que plantearnos es por qué ahora y no hace tres años. Mejor aún, por que no cumple la promesa electoral del PSOE en el 2002 ,en que se comprometieron a dar 3000 € y 6000 € por el segundo y tercer hijo respectivamente. O, por qué, la pésima gestión económica del gobierno ha permitido una subida asfixiante de los intereses hipotecarios, mientras las familias perdían su poder adquisitivo. O, cómo, si está por la labor de promocionar la natalidad, ha legislado a favor de la investigación con embriones humanos o ha mantenido la ley del Aborto, ley que ha conseguido, desde su aprobación, que se asesinen un millón de seres humanos en España. Claro que, en todos estos temas (excepto en el de los intereses), la Oposición, cuando gobernó, hizo más o menos lo mismo.

Luego tenemos todas esas leyes encaminadas a acabar con la familia. Como la ley del Divorcio Express que ha favorecido que actualmente de cada cuatro matrimonios, tres acaben en ruptura familiar. La ley del matrimonio homosexual, que ha equiparado en derechos dos realidades totalmente distintas, tanto en su composición como en sus aportaciones positivas a la sociedad, incluida, entre éstas, la natalidad. Así como ese intento de impedirnos dar la formación moral y religiosa que queramos para nuestros hijos, mediante la tan conflictiva asignatura de Ecuación para la Ciudadanía que, de manera totalitaria, pretenden imponernos mediante amenazas; negándonos, incluso, nuestro derecho constitucional a la Objeción de Conciencia.

La familia es uno de los pilares de la sociedad, pilar que, necesariamente, tienen que eliminar los que se dedican a la llamada ingeniería social, que persigue transformar la sociedad tradicional mediante su sustitución por otra formada exclusivamente por seres individualistas y hedonistas, fácilmente manipulables por quien tenga el poder.

Entre las ayudas que necesitan las familias españolas, por supuesto, están las económicas. Están necesitadas, desde hace varias legislaturas, de un amplio paquete de medidas que equiparen las ayudas españolas a las que existen en Europa, y, aunque a nadie le amarga un dulce, lo que no necesitan son regalitos encaminados a comprar sus votos. Pero, lo que las familias españolas verdaderamente necesitan, es que la sociedad reconozca que, la familia, asentada sobre el matrimonio único entre un hombre y una mujer por amor abierto a la vida, entre todos los tipos de uniones que existen, es la que más aportaciones positivas tiene para la sociedad; y, dicho reconocimiento, en forma de contraprestación, traerá las necesarias ayudas; porque, la sociedad que valora y ayuda a la familia, se ayuda a sí misma.