En un periodo en que se suceden comidas navideñas de empresa, en las que el único nacimiento que se celebra, entre embuchadas y borracheras, es el del dios baco.
En unos céntricos puestos navideños, como los de Bib-Rambla en Granada, en que cada vez son menos los quioscos que venden figuras y adornos navideños, y que estos se ven arrinconados por elementos tan ajenos a la Navidad como las brujitas o haditas de la suerte, o por falos eréctiles tan de mal gusto como obscenos.
En una ciudad donde poco a poco se sustituyen las luminarias navideñas por nuevos diseños, tan hermosos como vacíos de significado, para, desde los complejos de nuestros gobernantes, evitar que alguien se pueda molestar; mientras colaboran indirectamente con los que, al igual que los nazis, quisieron sustituir la Navidad por una nueva navidad pagana.
En definitiva, una época en que cada vez se confunde más la Navidad con la navidad, en minúscula, del consumismo al servicio de los centros comerciales, quiero desearles a todos una:
¡FELIZ NATIVIDAD!
1 comentarios:
Feliz Navidad, Manolo, y feliz travesía del nuevo año.
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